La historia de MINI está llena de altibajos: a pesar de las dificultades, ha conseguido recuperarse y ofrecer a sus clientes modelos cada vez más eficientes e innovadores. ¿Qué evolución ha experimentado la marca? ¿Qué podemos decir hoy de los últimos vehículos que ofrece? Un breve resumen de un gran nombre en la industria del automóvil.
La primera marca se creó a finales de los años 60, en 1969 para ser exactos. Sin embargo, el primer Mini (el nombre se escribió en minúsculas) se diseñó y fabricó en 1957, a petición del director general de la British Motor Corporation. ¿La idea original? Un modelo económico.
Tras este prototipo, el coche se comercializó con el nombre de Austin Mini o Morris, según la marca de BMC. El año 1961 vio la aparición del Riley Elf (para Morris) así como del Wolseley Hornet (por parte de Austin), equipado con un maletero más grande.
También fue el famoso Cooper y su destreza en los rallies de 1964 lo que contribuyó a la reputación de la marca. En la década de 1980, la marca fue adquirida por el Grupo Rover y se lanzaron nuevos modelos, como el Flame Red y el Racing Green.
En 1994, la empresa pasó a formar parte del grupo BMW. Durante varios años y hasta 2001, el «Mini» original es comercializado por los nuevos líderes. Pero BMW decidió dar una segunda vida a este mítico coche, y optó por utilizar letras mayúsculas para diferenciar cada MINI comercializado desde esa fecha de la antigua gama.
Fue una verdadera resurrección la que tuvo lugar, con la marca volviendo al éxito. Aunque los modelos se van alejando poco a poco del coche original, los clientes siguen apegados a este gran nombre automovilístico. Además, se ganó el corazón de una nueva clientela, ya que el grupo consiguió dar una nueva imagen al concepto de vagón.
Es un coche que la gente quiere conducir, porque tiene un buen rendimiento. También es agradable a la vista, con su diseño limpio y armonioso. Varias generaciones han ido y venido, incluyendo el regreso del Clubman y el Countryman en diferentes formas.
Los nuevos vehículos tienen poco que ver con los antiguos, pero el prestigio de la marca sigue ahí y los modelos ofrecidos no tienen nada que envidiar a sus predecesores. En la actualidad, el Grupo BMW se centra en los vehículos limpios con el desarrollo de modelos eléctricos e híbridos enchufables.
El compacto Clubman, un coche familiar y deportivo
El modelo actual lo tiene todo para atraer a las familias. Desde el diseño hasta las dimensiones, pasando por las prestaciones y la tecnología a bordo, el énfasis está en el placer de conducir. Por supuesto, el compacto Clubman sigue siendo un vehículo destinado al uso familiar. Económico y práctico, es la solución ideal para el transporte de padres e hijos.
Pero más allá de eso, ofrece muchos atractivos que hacen que sea un verdadero placer conducir. En primer lugar, su aspecto es agradable en muchos sentidos. Con su interior de cuero y cromo en colores armoniosos, tiene un cierto caché que muchos conductores apreciarán.
En comparación con el anterior Clubman, también tiene más profundidad. Es más de 20 centímetros más largo que el anterior Clubman, alcanzando los 4,25 metros. Con asientos traseros abatibles y un amplio maletero, su volumen transportable le confiere también una dimensión innegablemente práctica.
Por último, el compacto Clubman es una pequeña joya tecnológica, con asistente de movilidad, pantalla táctil central, head-up display, control de crucero inteligente y asistente de aparcamiento. Todo ello hace que el confort y la calidad de la conducción aumenten considerablemente.
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