Antes del COVID-19, muchos de nosotros nos encontramos muy ocupados con actividades, eventos y responsabilidades. La cancelación de todas las actividades y eventos pesa mucho para muchos. Sin embargo, este tiempo puede ser una gran oportunidad para reflexionar sobre cómo pasamos nuestro tiempo cada día y dónde nos gustaría hacer cambios. Las rutinas proporcionan una gran oportunidad para la conexión diaria y para cambiar la sensación general en su hogar. ¿Tiene su casa una sensación de temor cada domingo por la noche, anticipando la locura de la semana que se avecina? ¿Siente la prisa de los lunes por la mañana? Al final de la semana, ¿mira hacia atrás y se da cuenta de que apenas ha tenido tiempo de reunirse con sus seres queridos?
Crear rutinas de forma consciente puede marcar la diferencia entre empezar la semana con pánico o disfrutar de cada día con intención y gratitud por la vida que has construido. A través de las rutinas intencionales podemos crear conexión, reducir el estrés y la ansiedad, y reducir el agotamiento covídico.
Crear una rutina
Toma nota mentalmente de las rutinas y espacios que disfrutas en tu casa y cuáles te gustaría cambiar. Un buen indicador de que un cambio de rutina podría ser beneficioso es cuando notas momentos semanales o diarios de alto estrés (por ejemplo, los lunes por la mañana o la hora de acostarse). Establezca la intención de su nueva rutina. ¿Cómo quiere que se sienta? ¿Quieres más energía, o anhelas la calma en esos momentos?
Incorpora tus cinco sentidos
El oído – La música puede utilizarse para crear un ambiente energético o relajante. Eliminar el ruido no deseado puede ayudar a eliminar el desorden de nuestros pensamientos. Apaga la televisión y sé consciente de cuándo enciendes el lavavajillas y la lavadora. Prográmelos a horas en las que el ruido no interrumpa el tiempo en familia.
Ver – La iluminación puede marcar la diferencia en cómo nos sentimos. Abra las cortinas y deje que entre la luz del sol cuando quiera empezar el día con ánimo. Elimine el desorden visual en las zonas que afectan al tiempo en familia. Por ejemplo, mantenga las cocinas libres de desorden cuando establezca rutinas en torno a la hora de comer en familia y mantenga los dormitorios libres de desorden cuando establezca rutinas a la hora de dormir.
Olfato – Nuestro sentido del olfato tiene la poderosa capacidad de traer recuerdos de años atrás con sólo oler algo. Enciende una vela, difunde aceites esenciales o regálate flores frescas para incorporar intencionadamente el sentido del olfato a tus rutinas.
Tacto: las mantas suaves, las superficies limpias y las texturas relajantes pueden cambiar la sensación y la energía de su hogar. Considere la posibilidad de añadir elementos a su zona que proporcionen un tacto reconfortante y elimine todo lo que no tenga un propósito o una esencia tranquilizadora.
Saboree: reduzca la velocidad para disfrutar de los alimentos y las bebidas que se consumen durante las comidas. Sea creativo con nuevas recetas y haga participar a los miembros de la familia.
Sea amable con usted mismo. Crear nuevas rutinas requiere tiempo, paciencia y ensayo y error. Es posible que lo que imaginó en un principio no se convierta en su objetivo final, así que aborde todos los nuevos cambios con curiosidad y haga algo nuevo como un curso de Academia TEBA. La creación intencionada de rutinas nos proporciona el poder de realizar cambios en nuestra vida diaria en lugar de sentirnos atrapados en lo que parece una infelicidad monótona y el estrés.