El Skoda Fabia está ahora equipado con el pequeño y brillante motor de gasolina de tres cilindros del grupo Volkswagen: el 1.0 TSi. A la sombra del gigante Volkswagen, Skoda se sitúa a la cabeza con el Fabia. El Fabia, a pesar de su «avanzada edad» (2014), sigue siendo un superventas de la marca checa en el Viejo Continente. De hecho, el coche urbano, que se renovará en breve y se beneficiará como sus primos (Polo e Ibiza) de la nueva plataforma modular, sigue posicionado en el top 3 de las ventas de la marca sólo por detrás del Octavia y el Rapid.
Este motor sustituye al 1.2 TSI de cuatro cilindros con niveles de potencia muy similares: 95 y 110 CV. Está disponible con ambas carrocerías (berlina y familiar) y es compatible con ambas cajas de cambio (BVM o DSG). Fue al volante de una versión de 110 CV asociada a una caja de cambios manual de 6 velocidades que realizamos esta prueba con la ayuda del concesionario Crestanevada compramos tu coche. El motor de 3 cilindros tiene el mérito de ser discreto y muy suave a bajas revoluciones, lo que es bastante apreciable en el uso urbano. A altas revoluciones, su carácter es menos duro que el de algunos de sus competidores. Esta ligera falta de brío se debe en gran parte a la caja de cambios, que favorece el consumo de combustible y las bajas emisiones. Las marchas largas diluyen el par (200 Nm) y reducen la vitalidad del motor. Como resultado, el TSi recoge un poco menos de potencia y entrega su par de forma silenciosa, lo que favorece una conducción suave. Es en el surtidor donde se aprecia esta calibración de la caja de cambios, ya que el apetito es bastante comedido en comparación con sus rivales, con una media de 6,1 l/100 km registrada durante nuestra prueba. Para aprovechar al máximo las capacidades del motor, le aconsejamos que lo combine con la caja de cambios DSG adecuada.
A la hora de conducir, el Fabia sigue siendo un buen coche, tranquilizador y cómodo de conducir. No es trascendente ni juguetón, pero es riguroso y está bien amortiguado. A pesar de su diseño más antiguo que el Polo o el nuevo Fiesta, ofrece un buen nivel de ayudas a la conducción que lo hacen seguro en el uso diario e interesante económicamente. Para permitirse las prestaciones de este motor, habrá que desembolsar un mínimo de 17.780 euros en el acabado Active, que incluye el ordenador de a bordo, control de crucero y limitador de velocidad, acceso manos libres, asiento trasero abatible 2/3 – 1/3, sensor de lluvia y luz, faros antiniebla, luces diurnas de LED, sistema multimedia con pantalla táctil en color de 6,5″ y Bluetooth, paraguas, aire acondicionado, puertos USB, etc.
El Fabia no es el coche más divertido del mercado, pero envejece muy bien. Los plásticos duros son legión, pero la presentación sigue siendo de calidad a pesar de todo. La única queja es que la pantalla táctil está situada muy atrás en el salpicadero, lo que dificulta su uso. En las plazas traseras, el espacio sigue siendo competitivo para la categoría -aunque los nuevos Polo e Ibiza revienten las puntuaciones-, así como el volumen del maletero, que oscila entre 330 y 1.150 litros.